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Fundamentos de la Pintura con Acuarela


   

  Mezcla de color.

   
 
  Acuarela.
 


Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que para obtener un color limpio es necesario mezclar dos colore de igual tendencia. Los puristas sostienen que la utilización del negro en acuarela, es una práctica nefasta, ya que quita el brillo y la luminosidad de los colores, es mejor emplear otras mezclas, aunque existen otros pintores que defienden el empleo de este color. Es útil para neutralizar y valorar algunas mezclas actuando como factor equilibrador, los grises obtenidos con el negro, no tienen la luminosidad que obtenemos al mezclar dos o tres colores opuestos, aunque por otra parte, cuando utilizamos el negro, que nos da una tonalidad más mate y apagada, sirve para resaltar las partes contiguas que queramos resaltar como luminosas.

En muchos manuales que tratan del color, algunos de ellos de gran prestigio, mantienen que para oscurecer un color hay que añadirle negro, tremendo error porque al añadir negro, si es verdad que lo oscurecemos pero también cambiamos el color, por lo que para oscurecer un color habrá que añadir color de la misma tendencia, por ejemplo, si queremos oscurecer el color amarillo limón o amarillo claro, le añadiremos amarillo oscuro, si queremos oscurecerlo más le añadiremos un naranja e incluso un poco de rojo, pero si le añadimos negro, si que lo oscureceremos pero tendremos un color verde en vez de amarillo. Por lo tanto, para oscurecer un color, jamás debemos añadir negro al color que queremos oscurecer.

Para grises y verdes usaremos el ocre con cobalto, para los verdes más intensos usaremos los cadmios y el siena natural con el ultramar. El verde obtenido con cobalto es cálido y acogedor. Para tonos grises, cálidos y oscuros se puede usar el carmín de alizarina, con siena y en ocasiones con negro. Si queremos dar un verde rico brillante, sin lugar a dudas escogeremos el viridian. Para conseguir tonalidades de verde usaremos el cobalto con cadmio oscuro, el siena tostado o naranja cálido.

Para las sombras la siena tostad da muy buenos resultados.

Si queremos obtener violetas suaves y cálidos, usaremos el rojo de cadmio y el cobalto.

Para los naranjas existen muchas variedades que resultan interesantes y utilizaremos uno u otro según la intención, el cadmio claro con el rojo de cadmio nos resulta un naranja muy rojizo y con el siena tostado un naranja cálido. Los rojos con el ocre producen unos naranjas suaves. Si queremos emplear un rojo cálido, el de cadmio es el más seguro, entre los fríos el más utilizado es el de alizarina.

Cuando queremos dar un amarillo brillante y transparente podremos emplear la aureolina, aunque actualmente está en deshuso.

Si utilizamos el azul cerúleo en aguadas de superficies grandes, veremos que es difícil de conseguir una uniformidad, por lo tanto trataremos de utilizar otros azules y mezclas.

Colores que no debemos mezclar:
Los cadmios con el verde esmeralda.
El violeta de cobalto con los ocres.
El azul ultramar no debe mezclarse con el verde esmeralda, amarillo de cromo ni alizarina ya que con el tiempo y a la luz, se ennegrece.
El bermellón no debe mezclarse con colores de plomo.
El rojo de cadmio no debe mezclarse con el viridian o con el azul de prusia.

Para finalizar advertir que algunos colores son inestables, se decoloran y no son permanentes, por ejemplo el azul de prusia, el pardo Van Dyck, el Gamboge o goma guta es poco permanente (se sustituye por la aureolina). El verde esmeralda muy poco efectivo. El azul índigo es inseguro, así como el carmín. Aunque todo esto varia mucho según la calidad de los componentesla en su fabricación.

  
    
    
    
    
 
   
   
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