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El castellano, tiene un sentimiento de arraigo hacia su patria chica, quizás
menos nostálgico que el de otros pueblos pero no menos ferviente.
La tradición y el tiempo son los factores que han marcado las normas de
la vida en este medio rural. El calendario, en estos pueblos, no se regía
por los mismos parámetros que en la ciudad, no existían los días
sino el santoral: así "Por San Blas la cigüeña verás".
Se contrataban los pastores por San Pedro. De la virgen de julio a la de Agosto
se hacía ...tal o cual cosa. Por Santiago a segar y, "en llegando
San Roque, ... la paja en el pajar y el trigo en el atroje".
Todos estos hitos tenían un principio y un final y, en la mayoría
de las veces, una feria o fiesta para celebrar el fin de la cosecha o de un periodo
económico más o menos próspero y se acudía a ellas,
para vender y/o comprar ganado, alimentos, semillas, contratar servicios etc.
Así, para Santa Francisca (9 de marzo) a la feria de Almazán y en
llegando San José, todos acudían a la Feria de Atienza. Posteriormente
se estableció, entre una y otra feria, la de Barahona, el 16 de Marzo.
Llegando Santa Inés (22 de Abril), los rezagados acudían a la feria
de Berlanga. Por estas fechas comenzaba por estas tierras el trabajo duro que
duraba hasta finales de Agosto, por lo que se paraba en la celebración
de ferias.
Una vez pasado el verano, recogidas las cosechas y los rendimientos de la cabaña
ganadera, se volvían a iniciar tales eventos con el fin de intercambiar,
vender o comprar cualquier clase de producto, por lo que para San Roque (16 de
agosto), se acudía a la feria de Sigüenza y, para Todos los Santos
(1 de Noviembre), a la feria grande de Almazán. Pocos días después,
"Pa San Martín" (11 de Noviembre), se celebraba la feria
de San Esteban de Gormaz. Un mes más tarde, el día de la Concepción
(8 de diciembre), se reunían, si el tiempo no lo impedía, en la
feria de invierno de Berlanga y en San Vicente (22 de Enero), algunos, acudían
a la feria de invierno de Sigüenza. Entre tanto no había
que olvidar el divertimento por lo que para el Cristo se acudía a la fiesta
de Atienza. A pesar de las creencia de Antonio Machado que llego a escribir,
refiriéndose a la población campesina soriana, tan próxima
a nosotros: "...atónitos palurdos sin danzas ni canciones",
en honor a la verdad hay que decir que, puede ser que nuestro folklore no tenga
la exageraciones o exaltaciones festeras de otros pueblos, pero lo que es innegable
es que en nuestra zona existía un folklore, rico, sobrio quizás,
acorde con el carácter castellano.
Por desgracia, no solamente
se ha perdido las danzas o las canciones en honor a tal o cual santo o celebración,
lo más grave es que ha desaparecido la vida de alguno de estos pueblos
y, como no cambien las cosas, terminará desapareciendo la población
de la mayoría de estos pequeños núcleos que rodean la sierra.
En la actualidad, en la romería al Alto Rey, que todos los años
se celebra el primer domingo de septiembre, los organizadores tratan de trasmitir,
mantener parte del folklore legado por nuestros antepasados, organizando concurso
de rondas y bailes, aunque creo que debía hacerse unos programas de recuperación
y restauración.
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