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La flora que vive en esta zona, es rica y variada, tanto como la calidad de los
suelos que la componen. En líneas generales podemos describir los suelos
como calcáreos al norte, todas las estribaciones de la sierra Pela, en
el centro terrenos formados por areniscas, arcillas, margas y gredas, lo que provoca
un colorido espectacular y pizarrosos al sur, estos últimos pertenecen
a las estribaciones de la sierra del Alto Rey. A esta gran variedad de terrenos,
responde una gran diversificación de flora, formando conjuntos vegetales
de gran interés, algunas de las especies están catalogadas en categoría
de "peligro de extinción", las menos, otras "vulnerables"
y otras "De interés especial". En las laderas de las formaciones
calcáreas de las estribaciones de la sierra Pela, en los parajes conocidos
como la Muela, El Ceño y el Monte, se desarrollan valiosas formaciones
de vegetación erizal, aliagares, diversas especies tomillos, espinos, enebros,
jaras, bosque de encinas y quejigos mezclados con algún pino en el Monte
y en el Ceño y, en la Muela, algunos grupos sueltos de estas dos últimas
especies. En los barrancos de estas formaciones se pueden encontrar algunos pies
de tejo. En el centro, todo lo que abarca el valle, está dedicado a
tierras de labor, en régimen de barbecho con dos añadas, cuya principal
producción es la de cereal secano, en la actualidad cebada y trigo, (ha
desaparecido la avena, el centeno, los yeros, las almortas, etc). Hace treinta
años se cultivaban muchas patatas que resultaban de una gran calidad, actualmente
también se ha perdido este cultivo por no resultar rentable. La ribera
del río se haya flanqueada por un matorral abigarrado, compuesto de gelgueras,
sargatos (sargas), zarzas, rosales silvestres, diversos espinos, ciruelos, manzanos
y avellanos silvestres que cada año se hace más espeso e impenetrable.
Al mismo tiempo surgen de forma espontánea o por plantaciones de explotaciones
selvícolas, choperas, alamedas, algún que otro fresno y un poco
más alejados del río surgen las olmedas que, en la actualidad, la
mayor parte han desaparecido por la enfermedad (la "graciosis") que asoló
estas tierras en los años ochenta. Al sur el ecosistema se hace más
compacto, más uniforme. Los suelos pizarrosos están poblados de
un jaral denso, salpicado de enebros, alguna aliaga, espinos, encinas, quejigos
y robles, en medio de los cuales surgen cañadas de hierba tupida, y a continuación,
al pie de la sierra del Alto Rey se cubre de espesos y extensos pinares. La fauna,
como la flora, es muy variada y rica. Ya en el siglo XII, en unos textos, se dice,
de estas tierras, que eran ricas en caza.
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