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Tanto el puntillismo, como el divisionismo o neoimpresionismo, nacieron
en el seno del impresionismo.
El Puntillismo es una técnica pictorica
que consiste en la obtención de las gamas cromáticas mediante la
aplicación de puntos o rasgos yuxtapuestos de colores planos y que mirados
desde cierta distancia producen la adecuada mezcla óptima que define la
imagen. A esta técnica también se le denomina Divisionismo,
aunque para algunos autores apuntan diferencias evidentes, unas de tipo de compromiso
pollítico-social y otras simplemente técnico. El divisionismo lo
practican artistas vinculados al anarco-sindicalismo o próximos a las posturas
del nacional-socialismo que, con posterioridad, se estableció en la italia
de Mussolini, en cambio los puntillistas carecen de cualquier intención
política o social. En cuanto a la técnica se refiere, las pinceladas
de los divisionismas son más largas y gestuales que los puntos empleados
por los puntillistas, resultando unas composiciones más dinámicas,
acercandose a los postulados de los futuristas. El
iniciador fue Seurat a principios de la década 1880. Esta técnica
nace dentro del seno del impresionismo siendo sus máximos representantes
Seurat y Signac que, de la misma manera que en el impresionismo,
se basan en las teorías de los colores complementarios para potenciar la fuerza
de los mismos, profundizando en el empleo científico de los colores. Otros
pintores que formaron parte de este movimiento fueron Charles Angrand, Henri-Edmond
Cross, Maximilien Luce, los belgas Henri Clemens van de Velde y Theodore van Rysselberghe,
y los italianos Gaetano Previati, Daniele Ranzoni y Giovanni Segantini. Esta
página pertenece a "Glosario básico sobre movimientos culturales".
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