San Lorenzo de El Escorial, es un municipio con un gran atractivo y potencial turístico. Situado a 50 Km. de la capital madrileña se encuentra ubicado en plena sierra de Guadarrama, concretamente al pie del monte Abantos. En 1984 fue declarado Patrimonio de la Umanidad por la UNESCO.

Los orígenes de la villa se muestran oscuros, encontrando vestigios claros a partir del S. XI con la reconquista y posterior repoblación de la Meseta, no teniendo verdadera entidad hasta que Felipe II mando construir el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Los trabajadores que acudieron para la construcción del Monasterio y todas las demás dependencias potenciaron la población, máxime cuando también acogía a la nobleza que acompañaba al Rey. Dos siglos después, Carlos III promulgó la Cédula Real con el acta fundacional de la nueva población y su planificación arquitectónica.

En el transcurso de los años, después de haber pasado por dificultades, vicisitudes, abandono y olvido, con la llegada del ferrocarril, recuperó su pulso económico y cultural-

El Monasterio, para muchos la octava maravilla, para algunos detractores un montón de piedras.

Felipe II, encarga construir el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y un Panteón Familiar, en memoria de su padre Carlos V y como desagravio por la destrucción durante la batalla de San Quintín de una iglesia dedicada a San Lorenzo, santo que murió martirizado en una parrilla, por lo que el monasterio tiene la forma de parrilla invertida.

Las obras comenzaron el 23 de abril de 1563 siendo su arquitecto Juan Bautista de Toledo. Tras su muerte, en 1567, se hizo cargo de la obra Juan de Herrera, tomando el nombre el estilo y sello que imprimio a sus obras "herreriano", donde la linea recta frente a cualquier elemento decorativo.

El Patio de los Reyes. La fachada principal, orientada hacia el monte Abantos, se abre por la puerta que da paso al Patio de los Reyes, denominado asi poruqe en él las estátuas monumentales que representan a los Reyes de Judá.

La Basílica. De platan cuadrada y con una cúpula inspirada en la de San Pedro del Vaticano., y en ella destacan los Oratorios Reales.

El Panteón. Debajo de la capilla real de la Basílica se sitúan los Panteones Reales qu albergan los restos de los reyes de las Casas de Austria y Borbón, y el Panteón de los Infantes, con los sepulcros de las reinas que murieron sin descendencia coronada, príncipes e infantes.

El Palacio de los Austrias. Son unas dependencias del monasterio en el que destaca la Sala de Batallas, con frescos de algunas de las batallas más importantes ganadas por la corona española.

El Palacio de los Borbones es otra de las construcciones claves del edificio. en su interior se conservan tapices de la Real Fábrica de Santa Bárbara, lámparas de cristal y techos con frescos que dieron al edificio el lujo propio de la época.

Otras dependencias dignas de ser visitadas: Museo de Arquitectura, en donde podemos ver los planos, herramientas utilizadas... etc, la Pinacoteca, con obras de El Greco, Zurbarán, Ribera, Tintoretto, Tiziano, Rubens o Veronés, la Biblioteca, en la que se conservan ejemplares tan importantes como las Cantigas de Santa María de Alfonso X El Sabio, algunas obras de Santa Teresa de Jesús, códices mozárabes o el Códice Aureo, escrito con letras de oro...

Otras visitas ligadas al monasterio: las Casas de Oficios y de Infantes, las Cocheras del rey, así como la Casita del Príncipe, construida por Juan de Villanueva para el príncipe de Asturias -futuro Carlos IV-, y la Casita del Infante, El Real Coliseo de Carlos III. En los alrededores, el paraje conocidocomo lLa Herrería, se encuentra la Ermita de la Virgen de Gracia y, muy cerca, la Silla de Felipe II, construida sobre la roca, desde donde el Rey, Felipes II, supervisaba los abances de la obra.

En plena Sierra de Guadarrama y a sólo 8 kilómetros de El Escorial, se localiza la Abadía Benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Colosal construcción compuesta por la abadía y otros edificios como la biblioteca o la hospedería, una cripta excavada en la roca y una inmensa cruz de 150 metros a la que se accede mediante un funicular oculto.