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Sierra de Atapuerca es una pequeña colina que se extiende de Noroeste
a Sudeste en el valle del río Arlanzón, apenas 15 kilómetros
al este de la ciudad de Burgos, en la meseta Norte de España, en las inmediaciones
del Camino de Santiago. Su cima alcanza los 1.079 metros, y desde ella se domina
la salida al Duero del corredor de la Bureba, conectando la cuenca del Ebro con
la del Duero. Es un biotopo compuesto por diferentes ecosistemas, que baña
el río Arlanzón, lo que ha propiciado la riqueza de su flora y fauna.
En la zona se asientan los pueblos Ibeas de Juarros a unos cuatro kilómetros
al Suroeste y Atapuerca en la cara norte de la sierra. En 1910, el arqueólogo
Jesús Carballo descubrió el yacimiento de la Edad del Bronce y las
pinturas que hay en la boca de Cueva Mayor. En 1962, miembros del GEE comunican
la existencia de fósiles en la Trinchera de Ferrocarril a las autoridades.
En 1963, Basilio Osaba muestrea la Trinchera y encuentra un hacha de mano que
asigna al Achelense. A partir de aquí lo descubrimientos se multiplican
y Atapuerca se convierte en un referente mundial. Desde ahora en adelante,
Atapuerca no será un yacimiento arqueológico más, Atapuerca es la piedra
roseta de la evolución humana en Europa, un conjunto que por su importancia llevó
a la UNESCO a declararlo Patrimonio de la Humanidad el 30 de noviembre de 2000.
Gracias a los extraordinarios hallazgos descubiertos en esta sierra burgalesa
se han encontrado respuestas a muchas preguntas sobre la prehistoria de la Humanidad.
La vieja trinchera de un ferrocarril, sin actividad desde principios del siglo
XX, dejó al descubierto restos de los primeros pobladores de Europa. Esta
grieta en la tierra ha catapultado a la Trinchera Galería, a la Trinchera Dolina
y a la Sima de los Huesos, entre otras, como cajas de resonancia que muestran
el modo de vida de grupos humanos que han dejado sus huellas en la Sierra de Atapuerca
desde hace un millón de años.
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