El Rococó es un movimiento artístico nacido en Francia, que
se desarrolla de forma progresiva entre los años 1730 y 1760. En la arquitectura,
el Rococó, no es propiamente un estilo arquitectónico sino más
bien una forma de las artes decorativas.
El término Rococó
deriva de los vocablos: rocaille (rocalla) y coquille (concha), que tanto y tanto
se emplearon en ornamentar grandes lienzos de paredes e interiores El Rococó
se caracteriza por el gusto de colores luminosos, suaves y claros. Predominan
las formas inspiradas en la naturaleza, en la mitología, en la belleza
de los cuerpos desnudos, en el arte oriental y especialmente en los temas galantes
y amorosos. Es un arte básicamente mundano, sin influencias religiosas,
que trata temas de la vida diaria y de las relaciones humanas. Es un estilo que
busca reflejar lo que es agradable, refinado, exótico y sensual.
La delicadeza y la alegría de los motivos Rococó han sido
vistos a menudo como una reacción a los excesos del régimen de Luis
XIV. Si lo Barroco estaba al servicio del poder absolutista, el Rococó
está al servicio de la aristocracia y la burguesía. El artista deja
de ser un servidor del poder y trabaja con más libertad y se inicia el
mercado del arte. El Rococó se presenta como un arte al servicio de la
comodidad, el lujo y la fiesta. El fin del Rococó se inicia en torno
al 1760 cuando personajes del nivel de Voltaire y Jacques-François Blondel
extienden la crítica sobre la superficialidad y la degeneración
del arte. Blondel, en particular, se lamentó de la increíble mezcla
de cochas, dragones, cañas, palmas y plantas del arte contemporáneo.
En 1780 lo Rococó deja de estar de moda en Francia y es reemplazado por
el orden y la seriedad del estilo Neoclásico impulsado por Jacques-Louis
David. Esta
página pertenece a "Glosario básico sobre movimientos culturales".
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