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Entre la Sierra y la Costa podemos contemplar un espacio de transición que une la planicie de el litoral con los más abruptos relieves de toda esta zona serrana, El Andévalo. Las tierras profundas son ricas en tradiciones, con un folklore que participa tanto de las características propiamente andaluzas como de sus arraigados orígenes celtas. En el centro de la comarca aparece Valverde del Camino, artesana e industrial, de hondas tradiciones a caballo entre la mina y el valle. Más al norte, Zalamea la Real, El Campillo, Minas de Riotinto y Nerva conforman la cuenca minera. El río Tinto ha sido hasta ahora el unificador de esta zona minera. Hacia el oeste, junto a la frontera con Portugal, es el río Guadiana el que completa esta comarca agrícola y minera.Por Sotiel Coronada a orillas del río Odiel, se abren las puertas de Calañas, El Cerro de Andévalo. Es El Andévalo profundo, donde las tradiciones y el folklore igualan en interés al perfil de sus pueblos blancos. Alosno, palabra cantada, Villanueva de las Cruces y más hacia poniente Cabezas Rubias, Santa Bárbara, Paymogo y La Puebla de Guzmán, son formidables zonas de caza volcadas hacia la ganadería y la agricultura. Aquí donde El Andévalo es frontera, se suavizan los relieves queriendo encontrar el mar. Más al sur El Almendro y Villanueva de los Castillejos, después
de abandonar el Guadiana tierras de San Silvestre, El Granado o Sanlúcar,
asomada al río, esta comarca encuentra el sabor a mar. |
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